26 octubre, 2007

La adoración que agrada a Dios

Dios quiere todo de ti

Dios no quiere una parte de tu vida. Pide todo tu corazón, toda tu alma, toda tu mente, y todas tus fuerzas. A Dios no le interesan los compromisos a medias, la obediencia parcial y las sobras de tu tiempo y dinero. Quiere tu devoción plena, no pedacitos de tu vida.
Una mujer samaritana en cierta ocasión discutió con Jesús acerca del mejor tiempo, lugar y estilo de adoración. Jesús le contestó que esos aspectos eran irrelevantes. El lugar de adoración no es tan importante como por qué adoramos y cuánto de nuestro ser le ofrecemos a Dios cuando lo hacemos. Hay una manera de adorar, buena o mala. La Biblia dice: «Así que nosotros, que estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente» Hebreos 12:28
La adoración que agrada a Dios tiene cuatro características:

1. A Dios le agrada la adoración en verdad
La gente suele decir «Me gusta pensar en Dios como alguien que...» y plantean la idea de un Dios a quien les gustaría adorar. Pero no podemos simplemente crear nuestra propia imagen de Dios, la que nos resulta cómoda y políticamente correcta, y adorarla. Eso es idolatria.
La adoración debe basarse en la verdad de las Escrituras, no en nuestra opinión acerca de Dios. Jesús le dijo a la mujer samaritana: «Los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que le adoren» Juan 4:23.
«Adorar en verdad» significa adorar a Dios como la Biblia verdaderamente lo revela.

A Dios le agrada la adoración auténtica
Cuando Jesús dijo que debemos «adorar en espíritu» no se refería al Espíritu Santo sino a nuestro espíritu. Fuimos creados a imagen de Dios y, por lo tanto, somos un espíritu que reside en un cuerpo, y él diseñó nuestro espíritu para que pudiéramos comunicarnos con él. La adoración es la respuesta de nuestro espíritu al Espíritu de Dios. La adoración que agrada a Dios es profundamente emocional y doctrinal. Con nuestro corazón y nuestra cabeza.
Cuando Jesús dijo: «Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma» quería decir que la adoración debe ser auténtica y sentida, de corazón. No se trata sólo de decir las palabras correctas; debes creer en lo que dices. ¡La alabanza que no brota del corazón no es alabanza! No sirve de nada, es un insulto a Dios. Cuando adoramos, él mira más allá de nuestras palabras, observando la actitud de nuestro corazón. La Escritura afirma: «La gente se fija en las apariencias, pero yo, (el Señor) me fijo en el corazón» 1 Samuel 16:7b.
Muchas personas confunden las emociones conmovedoras producidas por la música con las estimuladas por el Espíritu, pero no son iguales. La verdadera adoración ocurre cuando nuestro espíritu responde a Dios, no a una melodía. En realidad, algunas canciones sentimentales e introspectivas entorpecen la adoración porque de concentrarnos en Dios, pasamos a enfocarnos en nuestros sentimientos. Cuando adoramos, el factor de mayor distracción somos nosotros mismos: nuestros intereses y preocupaciones acerca de la impresión que damos.
Los cristianos no se ponen de acuerdo con respecto a la manera más adecuada o auténtica de alabar a Dios, pero estos argumentos lo que más reflejan son las distintas personalidades y trasfondos. La Biblia menciona diversas formas de alabanza: La confesión, el canto, los clamores, el estar de pie, el arrodillarse, el baile, el hacer ruidos de gozo, el testimonio, la utilización de instrumentos musicales y el alzar las manos. El mejor estilo de adoración es el que más auténticamente representa nuestro amor a Dios, basado en el trasfondo y la personalidad que Dios nos dio.
Mi amigo Gary Thomas se dio cuenta de que muchos cristianos en lugar de tener una amistad vibrante con Dios, parecen estancarse en la costumbre -la adoración se convierte en una rutina satisfactoria- porque se obligan a usar métodos devocionales o estilos de adoración que no se adaptan a la unicidad con que Dios los creó. Gary se preguntó: «Si Dios con toda intención nos creó a todos distintos, ¿por qué deberíamos amarlo de la misma manera?».
Una cosa es cierta: No darás gloria a Dios intentando ser alguien que él nunca se propuso que fueses. Dios quiere que seas tú mismo. El Padre está «buscando personas que, cuando le adoren, sean sencillas y sinceramente ellas mismas cuando se presenten a él». Juan 4:23.

A Dios le agrada la adoración reflexiva
El mandamiento de Jesús de «amar a Dios con toda tu mente» se repite cuatro veces en el Nuevo Testamento. A Dios no le agrada que cantemos himnos, oremos con apatía y exclamemos con indiferencia ¡Gloria a Dios!, sin pensar en lo que hacemos, porque no se nos ocurre otra cosa que decir en ese momento. Si no pensamos en lo que hacemos cuando adoramos, la adoración no sirve. Tu mente debe estar puesta en lo que haces. Además, sé específico. Si alguien se te acerca y repite: «¡Te alabo!» diez veces, es probable que pienses «¿Por qué?». Tu preferirías dos cumplidos específicos a veinte generalidades vagas. Dios también.

A Dios le agrada la adoración práctica
La palabra de Dios afirma: «Les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios» Romanos 12:1. ¿Por qué quiere Dios tu cuerpo? ¿Por qué no dice «ofrezcan su espíritu?». Porque sin el cuerpo no podemos hacer nada en este planeta. En la eternidad recibiremos un cuerpo nuevo, mejorado, actualizado, pero mientras estemos en la tierra, Dios dice: «¡Dame todo lo que tengas!». Él solamente está siendo práctico en cuanto a la adoración. La verdadera adoración se arraiga en la Palabra.

Este artículo ha sido tomado del libro:

Una vida con propósito
por Rick Warren

25 octubre, 2007

¿Qué significa el proverbio 18:19?

Proverbio 18:19

"El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte,
Y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcazar"

Significado de algunas palabras:

Ciudad fuerte- Ciudad que en todo tiempo estaba a la defensiva. Preparada para dificultar la entrada a la misma.

Alcazar- Fortaleza
Respuesta:

Este proverbio usa las figuras de "ciudad fuerte" y "cerrojo de alcazar" para poner de relieve que cuanto más cercano es el parentesco, más severa se hace la enemistad cuando surge una discordia y más dificil resulta la reconciliación. Dijo alguien: "es más difícil calmar su mutua animosidad que capturar una fortaleza, y su querella crea una barrera para la restauración de relaciones amistosas tan fuerte como las barras de hierro que cierran una fortaleza

¿Qué es un "devocional"?... ¿Y una "vida devocional"?

¿Qué es un "devocional"? ¿Y una "vida devocional"? ¿Son acaso términos sinónimos? En la mayoría de los casos, ambos términos son utilizados de modo indiferente, como si significaran lo mismo, pero en realidad, no lo son. Un devocional es un momento, un tiempo determinado en mi día, en el que de un modo especial, me dedico a mi cuidado espiritual y comunión con Dios, por medio de la adoración, alabanza y oración a Dios. El segundo término es diferente, ya que habla, no de un momento determinado en el día, sino que habla de una "vida", caracterizada por la devoción a Dios, por estar en "la presencia de Jehová", por conducirse en la voluntad de Dios, tomando las decisiones de nuestra vida según sus designios.

¿Hasta qué punto es necesaria o beneficiosa la comunión con Dios? Creo que para cualquier ser humano, que ha sido rescatado de las llamas del Infierno, esta pregunta, está fuera de lugar, por la obviedad de la respuesta. ¿Hasta qué punto el hombre necesita el aire para vivir? ¿Cuánto tiempo puede el hombre vivir sin aire? Apenas unos segundos o pocos minutos. De similar forma, el hombre espiritual, el hombre que ha sido salvado por Cristo, no puede "optar" por la comunión con Dios, ya que es el "medio ambiente" en el cual se desarrolla. Chafer dijo: "Pasar 30 segundos fuera de la comunión con Dios es demasiado". El hombre natural no puede elegir entre vivir en el aire o no, y el cristiano no puede elegir entre vivir en la comunión con Dios o no.

No hemos de limitar o definir "la vida devocional" con leer la Palabra de Dios. Es reducir el término al más completo raquitismo. Por supuesto que "implica" la lectura y estudio reverente de la Palabra, pero "vida devocional" es estar en la presencia del Señor, es tener una comunión y una relación íntima con el Salvador, y eso no un momento en el día, sino una vida. Es una profunda y confiada amistad. Todos nosotros tenemos amigos, y estos pueden ser mejores, o peores, pero con todos tenemos algo en común, y es que la amistad no se produce sola, no es el resultado del azar. Piensa en tus amigos y te darás cuenta de algo, y es que con todos has tenido que "invertir tiempo" para conocerle, escucharle, animarle, consolarle, ayudarle. Amistad a veces es sinónimo de un profundo "gastarse" a sí mismo para ayudar y conocer al otro, y claro, para eso hace falta una cosa: ¡tiempo! No se hacen amistades profundas en un minuto; de hecho, las amistades más profundas son aquellas que perduran con el tiempo y a través de las dificultades. Nadie que pretenda tener una íntima comunión con el Señor podrá conseguirlo con cinco minutos de oración al día antes de acostarse, o "leyendo la hojita", como dicen muchos, refiriéndose a esos calendarios de taco con un mensaje bíblico. El Señor no desea cinco minutos al día, lo quiere todo. Hasta ahora todas las personas que conozco que espiritualmente no marchan muy boyantes, precisamente son personas que descuidan sus tiempos con el Señor y su comunión con El. Por el contrario, hombres espiritualmente fuertes y sólidos, suelen ser cristianos curtidos en las batallas vividas en íntima comunión con Dios.

Alguien que disfruta de plena comunión con Dios, dice al levantarse: "Dios, Dios mío eres tú, de madrugada te buscaré" Salmo 63:1; y al acostarse: "Tu guardarás en completa paz aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado" Isaías 26:3; "En paz me acostaré y asimismo dormiré, porque sólo tú, oh Jehová, me haces vivir confiado" Salmo 4:8. En definitiva, es alguien que estima en gran valía la amistad y comunión con Dios, de modo que su primer y último pensamiento es siempre el mismo: Dios, Él es el todo para el hombre de fe.

¡Cuántas veces he leído u orado de un modo mecánico y no con ferviente amor, buscando lo principal: comunión y amistad con Dios! Uno de los grandes enemigos del que desea prosperar en la vida espiritual es la continua lucha contra la rutina, el orar o leer casi por puro compromiso, por eso de que "el buen cristiano tiene que comenzar el día leyendo su Biblia". Por el puro "cumplimiento", de modo que al final "cumplo" y "miento". ¿Verdad que en una relación de amor como el noviazgo o el matrimonio no podemos decir siempre las mismas palabras o expresiones? La primera vez caen muy bien, luego se convierte en pura mecánica que un loro podría repetirlo. El Señor no busca "loros" redimidos, desea hombres que se postran ante su presencia para derramar el alma ante su Hacedor. Todos aquellos que estuvieron ante la presencia del Señor, quedaron postrados, piensa en Isaías en el capítulo 6.

¡Cuidado también en cómo pretendemos presentarnos ante Dios! ¿Tengo que recordarte el desgraciado incidente de Nadab y Abiú? Ellos cometieron dos errores:

Presentarse de cualquier manera. Se presentaron ante el Señor de un modo impropio, ebrios (Levítico 10:1,9-10). Habían bebido, y por ello, se presentaron ante Jehová de un modo inadecuado, sin discernimiento. No es bueno presentarse de cualquier manera, pretendiendo orar por cronómetro los cinco minutos de rigor, con prisas y sin discernimiento, perdiendo el norte, y no siendo conscientes de que nos dirigimos y estamos ante la presencia de Aquel que todo lo llena en todo. Nadab y Abiú se presentaron de cualquier manera, y cometieron el segundo error.

Ofrecer cualquier cosa (Levítico 10:1). Fuego extraño. Todo fuego que no proceda del Altar del Incienso Levítico 16:12, de la completa devoción y adoración a Dios, es fuego extraño a Jehová.

¡Qué bendito pasaje el de Génesis 5:22! Enoc caminaba con Dios, recorrían el camino juntos. Es una bella imagen de lo que es la vida devocional, siempre que pienso en este pasaje me imagino la escena, Enoc, comenzando el día, entrando en la presencia del Señor, y el Señor yendo a visitar a Enoc, y así cada día, hasta que parece que el Señor mismo lamenta no tener continuamente a Enoc consigo, y Enoc también, de modo que un día, caminando juntos, el Señor le dice: "Oye Enoc, ya está bien de tanto arriba y abajo, hoy mismo te vienes a casa conmigo y se acabó, caminaremos juntos eternamente en el hogar celestial", y se lo llevó Dios... ¡Qué hermoso! Esto sucedió porque Enoc era un hombre que "vivía" con y para Dios, como leemos en Hechos 11:5 "tuvo testimonio de haber agradado a Dios".

Es cuando se camina con Dios, cuando no se teme aunque ruja la tormenta, aunque parezca que no se ve el final del túnel, la luz del final, ¿y sabes por qué? porque la bendita comunión con Dios nos es suficiente para estar confiados en Su Soberanía.

En la vida de devoción, yendo a su encuentro cada mañana, encontraremos todo lo que necesitamos para nuestros quehaceres diarios, enfrentarnos al "enemigo" de afuera, y a veces, ¡cómo no¡ las torpezas también de "adentro"; para fortalecernos y confiar exclusivamente en Aquel que derramó hasta la última gota de su inmaculada sangre para salvarnos del "presente siglo malo". En nuestro caminar con Dios hallaremos el consuelo, la enseñanza, la sabiduría, la reprensión y el amor que tan imprescindible nos es para vivir victoriosamente en este mundo, y nos ayudará a madurar para el otro. Según el grado de amor hacia el Salvador que hayas demostrado en este mundo, según el deseo que hayas tenido de conocer más íntimamente al Señor, según tu celo y diligencia por hacer crecer la amistad con el Señor, según hayas derramado tu alma y corazón en absoluta confianza ante la presencia del Salvador, así también será tu comunión con Él en el Cielo; no olvides que hay diferentes grados de gloria y recompensa. ¡Cómo lamentaremos el habernos dejado "despistar" por los quehaceres, por muy legítimos que estos hayan sido!

¿Quieres experimentar el viejo poder victorioso que hallaron los grandes hombres de fe que nos precedieron?... ¡Practica la vieja vida de devoción de ellos! Proverbios 22:28; 23:10.

Lo que implica ser un adorador...

La caña de bambú

Había un precioso jardín que, nada más verlo, hacía soñar. Estaba allí, junto a la casa del Señor. La puerta, siempre abierta, era invitación silenciosa para todo aquel que deseara encontrar un momento de paz y de sosiego. El mismo Señor acudía todas las tardes a pasear por su jardín.

Siempre se fijaba, era inevitable, en un cañaveral en el que destacaba una preciosa caña de bambú plantada, con sus hermanas, en el centro de un rico conjunto de flores y plantas. Ella y sus compañeras ofrecían, en grupo, un espectáculo peculiar: daban sombra, eran la imagen de la fortaleza y de la grandiosidad de la creación. Ciertamente, entre todas las cañas hermanas, ella la hermosa caña, llamaba la atención por su esbeltez, altura y elegancia. Toda la gente pensaba que era la preferida del Señor. Le encantaba verla así: más alta, robusta y bella que las demás plantas. Era la más fuerte y recia ante los vientos invernales, e imperturbable ante los calores del verano. Pronto se dio cuenta de que, ella, la más destacada caña de bambú, era "especial" para el Señor.

Un día se acercó el Señor al jardín y, como siempre, fue a contemplar el hermoso conjunto que formaban las cañas hermanas. Con mucho amor, serenidad y firmeza le dijo a la más esbelta:

- Mi querida caña de bambú, te necesito
Ella no entendía que el Señor se hubiera dignado a dirigirse personalmente a ella. Tampoco comprendía por qué el Señor le había concedido el privilegio de decirle: "Te necesito". Veía claramente que el Señor le hablaba con un amor especial. Por ello no le costó nada responder:

- Estoy en tu jardín, Señor, soy toda tuya..., cuenta conmigo para lo que quieras.
El Señor escuchaba atentamente la respuesta disponible de la vigorosa caña de bambú. No esperaba otra cosa de su planta predilecta. Pero no quería precipitarse en su propuesta, no quería herirla, ni lastimarla. Deseaba proponerle su proyecto de amor, de tal manera, que ella lo pudiera aceptar con la misma ternura que él ponía en sus palabras. Lentamente, como si comunicara un misterio prosiguió:

- Es que, mi querida caña de bambú, para contar contigo tengo que arrancarte.
- ¿Arrancarme? ¿Hablas en serio? ¿Por qué me hiciste entonces la planta más bella de tu jardín? ¿Por qué me hiciste crecer junto a unas cañas hermanas?. Por favor, Señor, cualquier cosa menos esto .

El Señor, poniendo más ternura aún en sus palabras, con la serenidad que sólo viene del amor, no retiró la propuesta:

- Mi querida caña de bambú, si no te arranco no me servirás.
Quedaron un largo rato los dos en silencio. Parecía que no sabían qué decir. Hasta el viento detuvo su ímpetu respetando el misterio. Los pajarillos del jardín olvidaron su vuelo y su canto. Lentamente..., muy lentamente..., la caña de bambú inclinó sus preciosas ramas y hojas, y dijo con voz muy queda:

- Señor, si no puedes servirte de mí sin arrancarme, arráncame.
- Mi querida caña de bambú -añadió el Señor-, aún no te lo he dicho todo. Es necesario que te corte las hojas y las ramas.

- Señor, no me hagas eso. ¿Qué haré yo entonces en el jardín? Seré un ser ridículo.

Y otra vez le dijo el Señor:

- Si no te corto las hojas y las ramas no me servirás.
Entonces el sol, estremecido, se ocultó. Los pájaros huyeron del jardín pues temían el desenlace. Temblando..., temblando..., la caña de bambú decidida y abandonada sólo pudo decir estas palabras:

- Pues..., córtamelas.
Continuó el Señor:

- Mi querida caña de bambú, todavía me queda algo que me cuesta mucho pedirte: tendré que partirte en dos y extraerte toda la savia. Sin eso no me servirás.
La caña de bambú ya no pudo articular palabra. Silenciosa y amorosamente abandonada, se echó en tierra, ofreciéndose totalmente a su Señor.

Así el Señor del jardín arrancó la caña de bambú, le cortó las hojas y las ramas, la partió en dos y le extrajo la savia.

Después la llevó junto a una fuente de agua fresca y cristalina, muy cercana a sus campos. Las plantas de aquellas tierras del Señor hacía tiempo se morían de sed, estando tan cerca del agua. Un pequeño roquedal impedía que el agua llegara a los campos. Con mucho cariño el Señor ató una punta de la caña de bambú a la fuente, y la otra la colocó en el campo. El agua que manaba de la fuente comenzó, poco a poco, a desplazarse hacia las tierras cercanas, también propiedad del Señor, a través de la caña de bambú.

El campo comenzó a humedecerse y reverdecer. Cuando llegó la primavera el Señor sembró arroz. Fueron pasando los días hasta que la semilla creció, y llegó el tiempo de la cosecha.

Y fue tan abundante que, con ella el Señor pudo alimentar a su pueblo.

Cuando la caña de bambú era alta y esbelta, la más bella de sus hermanas, vivía y crecía sólo para sí misma..., hasta se autocomplacía en su elegancia y esbeltez.

Ahora, humilde y echada en el duro suelo del roquedal, se había convertido en prolongación de la fuente de vida que el Señor utilizaba para alimentar su casa y hacer fecundo su Reino.

¿Qué quieres que haga por ti?...
Y tú, ¿qué estás dispuesto a hacer por mí?

Qué hacemos con estos músicos?

¿Qué hacemos con estos músicos?

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (Efesios 6:12, RVR60).

El Nuevo Testamento no habla de Cantores o Salmistas como un ministerio u oficio, pero si encontramos muchos pasajes haciendo referencia a la alabanza y adoración. Así como el Señor ha dado cinco ministerios para la edificación, crecimiento, y bendición de su pueblo, creemos que también en la alabanza y adoración necesitamos ser ministrados para edificación espiritual.

Por demasiado tiempo muchos músicos han tenido la idea de que ellos SOLO TOCAN Y CANTAN pero al estudiar mas de cerca el ministerio de los cantores nos damos cuenta de que tiene mucha mas responsabilidad de la que algunos quieren aceptar. Como en todo ministerio el Señor espera que los cantores tomen muy en serio los dones y habilidades que ha depositado en ellos, y que no tomen a la ligera este servicio sino con mucha seriedad. Es por eso que veremos algunas características de estos ministros.

CARACTERISTICAS DE UN MUSICO.

Y Saúl respondió a sus criados: Buscadme, pues, ahora alguno que toque bien, y traédmelo. Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él. (1 Samuel 16:17-18, RVR60) Que error, no pidamos tan poco. Lastimosamente Pastores y lideres de adoración están cometiendo el mismo error de Saúl, buscando músicos Que toquen bien, sin discernir la verdadera realidad que hay en la ministración de la música espiritual, olvidando cualidades que debe tener un ministro del Señor. En el versículo 18 se describe muy bien, las características de un ministro que Dios desea en el día de hoy para que ministre delante de El y para edificar a su pueblo.

1-Sabe tocar Salmo 33:1-3, 1 Tes. 5:19
Por muchos años ha reinado en muchas iglesias una mentalidad mediocre, en cuanto a la música y cántico se refiere, basado en la idea conformista de Es para la honra y la gloria del Señor y esta frase nos ha hecho negligentes en nuestra preparación para darle lo mejor a Dios.

2-Es valiente Josué 1:7, 9
Valiente significa Valeroso, que esta dispuesto a afrentar los peligros, es esforzado. La verdadera fuerza, el verdadero poder, viene de aquel que dio todo por nosotros, para que nosotros nos demos para ÉL. Él es quien nos ciñe de poder, y nos hace caminar por caminos perfectos. Nunca confundamos el machismo con la valentía, que solo puede venir de parte de Dios, cuando mantenemos una comunión con ÉL.

3-Es vigoroso
Vigor = fuerza física, vitalidad, energía. Esta palabra habla de entusiasmo, entrega, arrojo y dinamismo, entre otras cosas. En Hebreo Chayil que significa: a) Fuerza b) Poder c) Riqueza d) Eficiencia e) Fuerza como de un ejército. Wow, que definición para un ministro del Señor, eso es lo que necesitamos ser MUSICOS VIGOROSOS

4-Hombre de guerra Efesios 6:12
Cada vez que tomamos los instrumentos para tocarlos en la presencia del Señor, hay un resultado poderoso en el reino de las tinieblas, cuando aplaudimos, levantamos la voz, las manos para declarar la grandeza de nuestro Dios, ¡hay guerra! Los ministros de la música deben ser hombres comprometidos con la oración y la búsqueda de la unción de Dios para esta guerra espiritual. Quiéranlo o no como músicos son guerreros, ¡acéptelo y
empiece a vivir como hombres y mujeres de guerra!

5-Prudente en sus palabras 2 Timoteo 2:16-17, Efe. 4:29
La Biblia pone un valor altísimo sobre las palabras que hablamos. En Proverbios 18:21 dice: La muerte y la vida están en el poder de la lengua. Santiago nos habla, fuertemente acerca de nuestro hablar (Santiago 3:2-10). ¿Si pusieran nuestras palabras en una computadora para analizarlas, le temería a los resultados? Entonces como ministros de Dios, cambiemos nuestra manera de hablar, que hablemos conforme a la boca de Dios.

6-Hermoso
Una persona de aspecto hermoso en su forma, figura y apariencia; bueno quizás aquí no todos cualificamos sin embargo en un sentido espiritual todos sabemos que existe una hermosura en las personas que hemos nacido de nuevo, y no es meramente exterior sino mas bien una hermosura interior de quien tiene paz, fe, amor, paciencia y los frutos del Espíritu, esa hermosura es la que debemos anhelar.

7-Jehova esta con Él Salmo 91:1, Éxodo 33:15, Juan 3:2
Podemos concluir que David tenía todas esas características, por causa de esta última. Nada podemos hacer si Dios no esta con nosotros. Hemos visto siete áreas de la vida de un ministro de adoración, meditemos y pidámosle fuerza y valentía a Dios para llevarlas a la práctica en nuestra vida diaria y en el ministerio, para poder honrar al Señor.

EL MINISTERIO DEL MUSICO
Creemos que hay tres áreas en las que ministran los músicos al Señor y a su pueblo.

1-El músico como sacerdote. 1 Pedro 2:5, Hebreos 3:15, 1 Pedro 2:9
La palabra sacerdote, en Hebreo Kohen, en griego Hierus y en latín sacerdos todas denotan lo mismo: Alguien que ofrece sacrificios. Ya no se ofrecen animales y sacrificios de sangre, ahora nuestros sacrificios son espirituales y se ofrecen desde el altar de nuestro corazón con toda sinceridad, humildad y seriedad al Señor en agradecimiento, rendimiento y humillación delante de ÉL.

2-El músico como profeta.
Veamos tres definiciones de la palabra profeta:
a) Un portavoz de la palabra de Dios.
b) Uno que trae amonestación y palabra de aliento relativos al porvenir.
c) Uno que anuncia la palabra divina por inspiración sobrenatural.
En base a estas definiciones podemos ver que la música si puede ser profética, porque lleva la Palabra de Dios, anuncia una palabra divina por inspiración sobrenatural.

Bíblicamente existe una relación entre la música y la profecía:
a) 1 Crónicas 25:1-3;
b) 2 Reyes 3:15-16;
c) 1 Samuel 10:5
Deje de ser un músico tímido, pasivo, levántese en el poder de la fuerza de Dios!! Levante su rostro tome esa arma poderosa que llamamos adoración y salga a la guerra para conquistar, busque que en su ministración este la presencia del Dios Todopoderoso. Sea un músico profeta.

3-El músico como siervo.
La tarea principal de los Levitas en el Antiguo Testamento se resume a servicio. Eran personas dedicadas al Señor y a su pueblo. La palabra siervo no es un titulo que alguien confiere, sino que es un estilo de vida que esa persona vive diariamente. El siervo es alguien que se reconoce fácilmente, no porque lo llaman así, sino porque sus acciones lo dicen por todos lados (Mateo 20:25-28, Fil. 2:3-6). Son muchos los casos de músicos que han causado daños irreparables al cuerpo de Cristo, solo por NO adoptar y vivir en un espíritu de servicio: relaciones rotas, vidas destrozadas, muchos malentendidos, confusiones, pleitos, divisiones provocadas por una falla de conocimiento de lo que es ser un verdadero siervo.

Conclusión: Como puede ver, usted como ministro de música, alabanza y adoración, no es cualquier cosa, sino que tiene un gran privilegio y mucha responsabilidad al igual que cualquier ministro en el ministerio, es por eso que hay que darle el lugar que se merece en su vida y vivir como lo que es: Un Ministro de Dios .

Referencia usada ¿Que hacemos con estos músicos? (Marcos Witt).